Responsabilidades profesionales: Ejecución vs Consecución en la práctica experta

En el ámbito profesional, especialmente en Colombia, es fundamental comprender las diferencias entre las responsabilidades de ejecución y de consecución. Esta distinción impacta no solo en la realización de tareas, sino también en la gestión de expectativas y las posibles implicaciones legales. Este artículo explora cómo estas responsabilidades se manifiestan en diversas profesiones y su relevancia en el contexto legal colombiano, proporcionando una guía esencial para entender el comportamiento esperado en los contratos y las obligaciones derivadas de ellos.

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Las responsabilidades de ejecución y de consecución

En el mundo profesional, especialmente en Colombia, es crucial entender las diferencias entre las responsabilidades de ejecución y de consecución. Esta distinción no solo afecta la forma en que se desempeñan las tareas, sino también cómo se manejan las expectativas y las posibles consecuencias legales. Así que, ¿son las responsabilidades de los expertos de ejecución o de consecución? Vamos a desglosarlo un poco.

La responsabilidad profesional

Para empezar, la responsabilidad profesional se centra en determinar si las obligaciones de un experto son de ejecución o de consecución. Esta clasificación es esencial para saber si, en un proceso judicial, la persona afectada debe demostrar la negligencia del experto. En Colombia, aunque no está explícitamente regulado en la legislación, la jurisprudencia y la doctrina han jugado un papel fundamental en su desarrollo.

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Un hito importante en este tema es la sentencia de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia del 5 de noviembre de 2013. Esta sentencia reafirma que la clasificación de responsabilidades es una herramienta útil para los jueces al definir el comportamiento esperado de los contratantes y los criterios para las cargas de prueba en la responsabilidad civil contractual. Sin embargo, lo más importante es entender el contenido y alcance del contrato específico y los deberes derivados de este acuerdo.

Las responsabilidades de ejecución requieren que el deudor actúe con diligencia, cuidado y habilidad para llevar a cabo acciones orientadas a un resultado, sin garantizar este último. Por ejemplo, un contador que asesora a la junta directiva de una empresa está cumpliendo una responsabilidad de ejecución, ya que su obligación es guiar y aconsejar, no garantizar el éxito financiero de la empresa.

Por otro lado, las responsabilidades de consecución obligan al deudor a lograr un resultado específico. Un ejemplo clásico es el transportista que debe entregar un objeto en las mismas condiciones en que lo recibió, según el numeral 1 del artículo 982 del Código de Comercio. Aquí, el transportista tiene una responsabilidad de consecución, ya que su obligación es entregar el bien tal como se le confió.

«Para determinar si las responsabilidades de los expertos son de ejecución o de consecución, se debe considerar la profesión, la tarea específica encomendada al experto y el objetivo de la prestación.»

En la práctica, para determinar si las responsabilidades de los expertos son de ejecución o de consecución, se deben considerar varios factores: la profesión del experto, la tarea específica encomendada y el objetivo de la prestación. Por ejemplo, un médico generalmente tiene responsabilidades de ejecución, ya que no puede garantizar la curación de un paciente. Sin embargo, si un cirujano estético se compromete a realizar una cirugía para mejorar la apariencia física de un paciente, asume una responsabilidad de consecución.

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La responsabilidad profesional en la práctica

Para establecer la responsabilidad de un experto, es necesario demostrar la existencia de una relación contractual y que el daño fue causado por la conducta negligente del experto. En el caso de responsabilidades de ejecución, el experto solo puede ser considerado responsable si se demuestra negligencia.

En el ámbito médico, por ejemplo, la persona afectada debe demostrar que el médico no actuó con la diligencia esperada. Pero en casos donde el médico asume una responsabilidad de consecución, como en una cirugía estética, la negligencia se presume si no se logra el resultado acordado, liberando al paciente de demostrarla. Sin embargo, deben demostrarse otros elementos de responsabilidad, como el daño y la relación causal.

La Corte Suprema de Justicia ha señalado que hay otros casos, además de la cirugía estética, donde el médico asume una responsabilidad de consecución. Estos incluyen la colocación de un aparato ortopédico o un método anticonceptivo, donde no hay incertidumbre en el resultado esperado.

En resumen, entender si las responsabilidades son de ejecución o de consecución es fundamental para manejar adecuadamente las expectativas y las posibles consecuencias legales en el ámbito profesional en Colombia. Al final del día, lo más importante es tener claro el alcance de las obligaciones asumidas y actuar con la diligencia y el cuidado que cada caso requiere.

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