La pandemia del COVID-19 ha transformado radicalmente la manera en que se realizan las auditorías y revisiones fiscales, obligando a los profesionales del sector a adaptarse a un entorno virtual. Este artículo explora cinco aspectos clave que facilitan la transición hacia auditorías remotas, asegurando que los procedimientos se lleven a cabo de manera eficiente y efectiva en esta nueva normalidad. Desde la planificación de actividades virtuales hasta la gestión de nuevos riesgos, estos elementos son esenciales para enfrentar los desafíos actuales y futuros del trabajo a distancia.
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En respuesta a la nueva normalidad generada por la crisis del COVID-19, los profesionales encargados de la revisión fiscal y auditoría se han visto obligados a adaptar sus métodos de trabajo a la modalidad virtual. Por lo tanto, en este artículo se comparten 5 aspectos esenciales para llevar a cabo una auditoría de manera remota.
La pandemia del COVID-19 ha requerido que los revisores fiscales y auditores realicen gran parte de sus procedimientos y pruebas de forma virtual, como por ejemplo entrevistas o revisiones de documentos. Por lo tanto, a continuación se presentan algunos puntos clave que pueden ser de gran ayuda al realizar una auditoría de manera remota.
La llegada de la pandemia nos cambió el libreto a todos, y los revisores fiscales y auditores no fueron la excepción. En Colombia, donde el «rebusque» es el pan de cada día, estos profesionales han tenido que ponerse las pilas y adaptar sus métodos de trabajo a la nueva realidad. La virtualidad se convirtió en la norma y, aunque al principio pudo ser un camello, poco a poco se ha ido encontrando la vuelta para que todo funcione como debe ser.
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- Establecer qué actividades pueden llevarse a cabo de forma virtual.
Lo primero es lo primero: hay que sentarse con el cliente y definir qué se puede hacer desde casa y qué no. No todas las actividades se prestan para la virtualidad, pero muchas sí. Por ejemplo, la planificación de la auditoría, las revisiones analíticas de los estados financieros y las entrevistas virtuales son tareas que se pueden hacer desde la comodidad de tu hogar. Además, con las herramientas tecnológicas actuales, las pruebas de control automáticas también son pan comido. Lo importante es tener claro el panorama desde el principio para evitar malentendidos.
- Adaptar el plan de trabajo.
Una vez que se tiene claro qué se puede hacer virtualmente, es hora de ajustar el plan de trabajo. Esto no es solo cuestión de mover fechas; se trata de reprogramar y, en algunos casos, reinventar la manera en que se llevan a cabo ciertos procedimientos. La flexibilidad es clave aquí. Si algo no se pudo hacer por el confinamiento, hay que buscarle la vuelta para que se haga más adelante, ya sea de manera virtual o presencial. Lo importante es no dejar cabos sueltos.
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- Programar adecuadamente entrevistas y reuniones virtuales.
Las entrevistas y reuniones virtuales son el pan de cada día en esta nueva normalidad. Sin embargo, para que sean efectivas, hay que tener en cuenta varios factores. Primero, la disponibilidad de tiempo de los participantes; no queremos que nadie quede colgado. Segundo, asegurarse de que las herramientas tecnológicas funcionen como es debido. Nadie quiere que se caiga la llamada en medio de una reunión importante. También es crucial organizar la documentación necesaria y, por supuesto, contar con una buena conexión a internet. Finalmente, es importante mantener una interacción constante y respetar el tiempo de la reunión para que todo fluya sin contratiempos.
- Analizar la aparición de nuevos riesgos.
El trabajo remoto trae consigo nuevos riesgos que los auditores deben tener en cuenta. La revisión de documentos es una de las áreas más afectadas. Por ejemplo, la veracidad y autenticidad de los documentos escaneados o revisados de forma remota puede ser un dolor de cabeza. Por eso, es crucial implementar medidas para mitigar estos riesgos. La tecnología puede ser una gran aliada aquí, pero también es importante contar con un ojo crítico y no dar nada por sentado.
- Documentar adecuadamente los procedimientos.
Por último, pero no menos importante, está la documentación. Aunque muchos procedimientos se realicen de forma remota, no se puede descuidar este aspecto. La documentación es la base para que el revisor fiscal o auditor emita sus conclusiones al final del encargo. Además, sirve como evidencia ante los clientes y terceros. Por eso, es importante documentar adecuadamente las comunicaciones por correo electrónico, las presentaciones por video llamadas y cualquier otro tipo de interacción. La idea es que todo quede bien guardado para cuando se necesite echar mano de esa información.
En resumen, la virtualidad ha llegado para quedarse, y los revisores fiscales y auditores deben estar preparados para enfrentar los desafíos que esto implica. Con estos cinco aspectos esenciales, podrán llevar a cabo sus auditorías de manera remota de forma eficiente y efectiva. Al final del día, lo importante es adaptarse y seguir adelante, porque como decimos por acá, «el que no se adapta, se queda».