Métodos de depreciación
Los activos generalmente experimentan una disminución en su valor debido al desgaste o deterioro causado por el uso o el paso del tiempo. Según el Estándar Internacional, esta disminución debe ser reconocida utilizando un método técnico reconocido.
La depreciación se refiere a la reducción del valor de los activos registrados en los libros contables. Los activos depreciables son aquellos que pueden perder valor debido al uso o a factores naturales, como edificios, equipos de oficina y maquinaria.
Cada uno de los marcos normativos para empresas en Colombia
establece la necesidad de seleccionar un método de depreciación que refleje con precisión la forma en que se espera que el activo genere beneficios económicos en el futuro. La vida útil de un activo está estrechamente relacionada con el concepto de depreciación, ya que determina el período durante el cual se aplicará el método de depreciación.
Los métodos reconocidos por los marcos normativos son la depreciación en línea recta, la depreciación decreciente y el método de unidades de producción. En el caso de los bienes inmuebles, se excluye el valor del terreno, ya que no se deteriora con el tiempo.
Método de línea recta
Este método es comúnmente utilizado en las organizaciones y consiste en suponer que los activos se utilizan de manera constante a lo largo de su vida útil. El cálculo implica dividir el costo del activo entre los años de vida útil.
Por ejemplo, si una máquina empacadora se adquiere por $23.000.000 con una vida útil de 10 años, la depreciación anual sería de $2.300.000. En el primer mes, si la máquina solo opera 20 días, la depreciación sería de $127.777,78.
Método de depreciación decreciente
Este método parte de la premisa de que un activo se utiliza con mayor intensidad al principio de su vida útil y menos al final. Por ejemplo, si una máquina se reemplaza después de 7 años en lugar de 10, la entidad debe establecer porcentajes decrecientes de depreciación.
Método de unidades de producción
En este método, la depreciación se calcula en función de las unidades producidas o los servicios prestados por el activo. Se utiliza comúnmente en vehículos y maquinaria, dividiendo el costo del activo entre las unidades totales estimadas para su vida útil y multiplicándolas por las unidades del período.
Por ejemplo, si una máquina tiene una vida útil estimada de 90.000 horas y se utiliza durante 180 horas en un mes, la depreciación se calcula dividiendo el costo entre las horas totales estimadas y multiplicándolo por las horas de uso en ese período.