La contabilidad ambiental ha evolucionado a lo largo de las décadas, reflejando la creciente preocupación por los desafíos medioambientales y la necesidad de integrar prácticas sostenibles en el ámbito empresarial. Este enfoque no solo busca minimizar el impacto negativo de las actividades económicas en el entorno, sino también aprovechar las oportunidades que surgen al adoptar políticas ecológicas. A través de la identificación de tres momentos clave en su desarrollo, se puede apreciar cómo las empresas han comenzado a reconocer la importancia de la sostenibilidad, enfrentando desafíos y aprovechando los beneficios económicos y sociales que conlleva la preservación del medio ambiente. En este contexto, la contabilidad ambiental se convierte en una herramienta esencial para guiar a las organizaciones hacia un futuro más responsable y próspero.
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Los tres momentos de la contabilidad ambiental
Desafíos medioambientales
La importancia de la preservación del entorno es una tarea fundamental para las empresas. Implementar las directrices de la contabilidad ambiental conlleva ventajas económicas para las organizaciones: evitan penalizaciones, obtienen beneficios fiscales y fomentan la creación de nuevas oportunidades laborales. Es hora de que las empresas también se sumen a esta tendencia.
De acuerdo con el trabajo de investigación titulado «Vínculo entre la contabilidad ambiental y las normas internacionales de información financiera: breve revisión de la literatura», realizado por María Camila Zabala Luna, quien hace referencia a varios autores que han escrito sobre la contabilidad ambiental, se observa que este campo tiene como objetivo proporcionar información sobre el impacto financiero de aspectos medioambientales a través de los estados financieros auditados. Asimismo, incluye datos específicos sobre aspectos financieros relacionados con la gestión medioambiental de la empresa, en términos de activos, pasivos, capital, gastos, ingresos e inversiones medioambientales.
Los tres momentos de la contabilidad ambiental
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Zabala Luna, a través de diversos autores, identifica tres etapas en las que se ha desarrollado la contabilidad ambiental:
- El primer momento tuvo lugar en la década de los años 70, cuando surgió el campo de la contabilidad social y ambiental. Su origen fue una explosión de posibilidades impulsada por académicos de diversas disciplinas, incluidos los contadores.
- El segundo momento se produjo en los años 80, vinculándose con distintos organismos internacionales. Se establecieron nuevas organizaciones y diversas regulaciones ambientales, en su mayoría de carácter voluntario, que evidenciaron la evolución contable.
- Por último, el tercer momento se desarrolló en los años 90, aumentando la relevancia de los problemas medioambientales. La sociedad tomó conciencia de esta problemática y demandó cambios al sector industrial. Las empresas percibieron en lo ecológico oportunidades de crecimiento, y las principales firmas de auditoría y consultoría ofrecieron diversos servicios alineados con los aspectos empresariales y medioambientales.
Desafíos medioambientales
Según lo publicado en www.cerembs.co, uno de los principales obstáculos que enfrenta una empresa al incorporar la protección del medio ambiente en sus proyecciones y presupuestos es que, probablemente, no podrá afrontar la nueva inversión sin aumentar los precios de sus productos o reducir sus beneficios; lo cual afectaría a los accionistas y colaboradores de las grandes empresas.
Otro desafío es que, con el incremento de las regulaciones en este ámbito, la empresa se ve en una encrucijada a la hora de gestionar sus recursos. Por un lado, si no considera el desarrollo sostenible, estaría sujeta a diversas sanciones impuestas por los organismos de inspección y vigilancia. Por otro lado, la inversión en un crecimiento sostenible implica un desembolso que variará según el sector y el tamaño de la empresa. No siempre resulta en una reducción de recursos a corto plazo.
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En resumen, esto significa que, si la empresa no invierte en la protección del planeta, enfrentará sanciones por parte de las autoridades. Por otro lado, para evitar las penalizaciones y fomentar un crecimiento sostenible, deberá realizar una inversión mayor a corto plazo.
La importancia de la preservación del entorno: una tarea fundamental para las empresas
Optar por un crecimiento sostenible es una decisión muy acertada para cualquier empresa. Inicialmente, los directivos de las empresas pueden ver con cierto recelo la idea de aumentar el gasto en innovación, ya que implica un mayor desembolso de dinero de forma inmediata. Sin embargo, por otro lado, es evidente que invertir en el medio ambiente conlleva numerosos beneficios a largo plazo, especialmente si la inversión se orienta hacia el desarrollo de tecnología e innovación que contribuya a su preservación y a la optimización de sus recursos naturales.
Además de ser una estrategia de marketing efectiva (ya que la empresa puede destacar ante sus clientes el uso responsable de los recursos naturales), también genera beneficios económicos en forma de ahorro, exenciones fiscales y aumento de oportunidades laborales. Apoyar la sostenibilidad empresarial no solo beneficia al medio ambiente, sino que también representa un beneficio económico a largo plazo para las empresas, al reducir costos y abrirse a nuevos mercados.
En conclusión, cuidar del planeta es la mejor contribución que una empresa puede hacer: además de generar beneficios, que es el objetivo de todas las compañías, apostar por la innovación y el respeto al medio ambiente es una de las mejores inversiones que estas pueden realizar.







